TRATAMIENTOS PARA UN NIÑO AUTISTA
El tratamiento para estos niños forma parte del libro titulado MANUAL DE INSTRUCCIONES DEL CUERPO HUMANO que voy a publicar en breve plazo.
Teniendo en cuenta que la pronta aplicación de este tratamiento es crucial para evitar el deterioro neurológico y cognitivo del niño, he decidido publicarlo en este blog anticipadamente a la comercialización del libro citado anteriormente. Incluso cuando el libro esté en el mercado quiero que esta información esté disponible gratuitamente para cualquiera que la pueda necesitar. No quiero que ningún niño vea su vida arruinada por el simple hecho de que ninguno de sus padres o conocidos hubiera comprado o leído este libro.
Animo a cualquier lector de este capítulo a que se lo haga llegar a algún familiar o conocido que tenga un niño con esta enfermedad, como he dicho antes el tiempo va en contra del niño.
TRASTORNOS DEL ESPECTRO AUTISTA
Los trastornos del espectro autista engloban las siguientes enfermedades: Déficit de Atención con Hiperactividad, Déficit de Atención, Trastornos Generalizados del Desarrollo, Autismo, Síndrome de Asperger, Síndrome de Rett
En la mente del público está grabada a fuego la idea de que estas enfermedades no tienen solución, cuando la realidad es que según los estudios realizados, más de la mitad de los casos se pueden curar totalmente y tener una vida normal o mejorar su situación ostensiblemente, siempre que se diagnostique la enfermedad lo más pronto posible y que se apliquen los tratamientos adecuados de una manera contundente y sistemática para prevenir el deterioro neurológico y cognitivo.
Como el diagnóstico precoz es muy importante para acometer cuanto antes los tratamientos, hay que prestar especial atención a la conducta del niño durante los dos primeros años para determinar la necesidad de hacer las pruebas que determinen fehacientemente si tiene algún problema o no.
Los siguientes síntomas deben encender las alertas para buscar una evaluación más amplia e inmediata del niño:
- No balbucea a los 12 meses.
- No hace gestos, señala o dice adiós con la mano, etc. a los 12 meses.
- No dice palabras sencillas a los 16 meses.
- No dice frases espontáneas de 2 palabras a los 24 meses.
- Cualquier pérdida en el lenguaje o habilidad social en cualquier edad, sobre todo si ocurre inmediatamente después de una vacunación.
- Tiene movimientos repetitivos y extraños.
- No sonríe y no mira a la cara de los adultos.
Las causas más habituales que producen estas enfermedades son:
- Vacunas: El aumento de casos de autismo ha crecido proporcionalmente al aumento de vacunas inoculadas a la población infantil de cada país, sobre todo las que contienen timerasol o tiomersal (mercurio). En los últimos 50 años los casos han aumentado entre un 600% y un 2000% dependiendo de los países.
- Intoxicación de mercurio o metales pesados por la madre durante la gestación, debido a empastes de amalgama u otras fuentes.
- Uso de antibióticos.
- Proliferación de hongos cándida, desarrollados por el abuso de antibióticos y/o por el mercurio que hunde el sistema inmunitario.
- Síndrome del intestino permeable. La permeabilidad del intestino permite que partículas de alimentos no digeridos pasen al torrente sanguíneo, provocando reacciones auto inmunes y las alergias alimentarias comunes en los autistas.
- Alergias e intolerancias alimentarias al gluten, a los productos lácteos, al azúcar etc., producidas a su vez por cualquiera o varias de las causas anteriores.
- Padres con problemas relacionados con el sistema inmunológico que aportan al niño una predisposición genética.
El proceso de la enfermedad se desarrolla aproximadamente de esta manera:
a) Un niño sano es vacunado (el mercurio que contienen muchas vacunas junto con los venenos de la misma vacuna suponen algunas veces una dosis demasiado alta para un niño de esa edad).
b) Por el mismo periodo de las vacunas se le cambia al niño la leche del pecho de su madre por leche preparada que le produce alergias e intolerancias a la caseína; además, la leche de su madre la tomaba cruda y la preparada está esterilizada o hervida, con lo cual ha perdido todo lo que de beneficioso le podía aportar la leche.
c) El mercurio disminuye drásticamente el sistema inmunitario; al mismo tiempo, como la leche que toma no está cruda y recién ordeñada, no le aporta las defensas que le aportaba la leche materna. Cualquiera de estas cosas, o las dos a la vez, producen infecciones, sobre todo de oído, que se tratan con antibióticos.
d) Lo primero que hacen los antibióticos es destruir la flora intestinal, permitiendo la proliferación descontrolada de los hongos cándida, que a su vez debilitan más el sistema inmune.
e) Los hongos cándida producen enzimas que digieren parcialmente la pared intestinal, causando la permeabilidad del intestino y limitando la producción de secretina por las células intestinales.
f) La secretina es necesaria para la producción de enzimas pancreáticas digestivas y su ausencia permite que los productos no digeridos pasen al torrente sanguíneo, provocando reacciones auto inmunes y alergias alimentarias.
g) Debido al intestino permeable, los péptidos producidos por la descomposición de la caseína y el gluten traspasan la pared del intestino y llegan a la sangre. Estos péptidos afectan al cerebro del mismo modo que las drogas alucinógenas (estos compuestos que contienen opiáceos se pueden encontrar en la orina de los niños autistas).
h) Cuando el cuerpo se hace adicto a estos opiáceos pide los alimentos que los generan (productos lácteos, gluten, azúcar); entonces, el niño sólo quiere comer precisamente lo que más daño le está haciendo. De esta forma se cierra el círculo vicioso que mantiene al niño en una situación irreversible si no se toman medidas drásticas por su bien.
TRATAMIENTO
Lo primero será tratar los hongos cándida. Ver el capítulo pertinente.
Como aparte de la intolerancia o alergia al gluten y la caseína estos enfermos pueden ser alérgicos a más productos, la mejor opción es aplicar la dieta especificada en el capítulo Dieta que cura por si sola, pero sustituyendo los macarrones de trigo espelta por pasta hecha con harina de arroz asegurándose de que no contenga ninguna harina procedente de granos que contienen gluten (trigo, espelta, kamut, centeno, cebada y avena). Hay que procurar ingerir cada día la mayor cantidad de Vitamina C, produce buenos resultados.
Antes de los dos meses de seguir esta dieta se tienen que ver resultados sorprendentes; a partir de ese momento se pueden ir introduciendo alimentos nuevos al ritmo de uno por semana para ampliar el abanico de posibilidades. Si al introducir cualquier alimento se observa un retroceso, hay que poner ese alimento bajo vigilancia hasta comprobar si se puede agregar a la dieta o no.
Hay una veintena de estudios que demuestran que la administración de vitamina B6 y magnesio producen resultados excelentes en la mitad aproximada de los enfermos: el sésamo, las nueces, las avellanas, las legumbres (lentejas, alubias y garbanzos), y el arroz integral contienen estos dos elementos juntos. En alimentos que contengan una cosa de las dos por separado se encuentran: las pipas de girasol sin añadirles sal, pipas de calabaza, el mijo y en general todos los vegetales de color verde oscuro que tienen mucho magnesio. Los alimentos ricos en vitamina B6 pero que no son ricos en magnesio son: los plátanos y los aguacates.
Los enfermos que no sean capaces de comer la suficiente cantidad de estos productos para conseguir las cantidades recomendadas en el párrafo siguiente, les recomiendo que tomen esas cantidades de Vitamina B6 y magnesio en forma de suplemento alimenticio. Si leen el libro entero verán que nunca recomiendo tomar nada que no sea natural, pero en este caso, el no tomar estos suplementos aumentaría la posibilidad de tener que administrar drogas con efectos secundarios infinitamente más perjudiciales para la salud. Hay que usar una escala de prioridades en la que, cuando se termina lo bueno, hay que empezar escogiendo lo menos malo.
La cantidad de Vitamina B6 necesaria para cada enfermo es variable dependiendo de sus circunstancias, no hay más remedio que ir aumentando la cantidad progresivamente cada semana y evaluar los resultados. Se puede empezar con 10 miligramos diarios por kilo de peso (para un niño de 30 kilos serían 300 miligramos diarios), luego cada semana subir 5 miligramos por kilo de peso, cuando no se note mejora al subir la cantidad, bajarla progresivamente hasta encontrar la mínima cantidad necesaria.
Respecto al magnesio se debe de ingerir entre 200 y 400 miligramos al día. Como suplemento se usa habitualmente cloruro de magnesio en polvo de la máxima calidad, media cucharadita de café disuelto en agua. La vitamina B6 y el magnesio se deben suministrar a la vez, cualquiera de los dos productos por separado no suele producir resultados favorables.
Otro suplemento alimenticio que aporta resultados sorprendentes es Dimetilglicina (DMG), suele venir en tabletas de 125 miligramos cada una, la cantidad que da buenos resultados suele oscilar entre 2 y 4 pastillas al día, aunque algunos niños necesitan más. Como en la Vitamina B6, se puede ir aumentando progresivamente la cantidad hasta encontrar las necesidades de cada enfermo.
Los que hayan sufrido una intoxicación por mercurio, para sacárselo del cuerpo deben usar agua destilada y tomar todos los días alga espirulina, un par de gramos por comida.
Espero que la información de este capítulo sirva para que ningún niño crezca despojado de la posibilidad de curarse y llevar una vida normal; apelo al amor que dicen sentir las madres por sus hijos para pedirles que no le nieguen a su hijo la oportunidad de poner en práctica los consejos de este capítulo. No tienen nada que perder y pueden ganar la felicidad de su hijo.
Todo lo expuesto en este capítulo se debería de probar antes de empezar a suministrarle medicamentos al niño. Hay que tener en cuenta que todo lo recomendado anteriormente son alimentos o suplementos alimenticios que no tienen efectos secundarios, en cambio, los medicamentos que se dan habitualmente en estos casos, además de no contribuir a curar las causas del problema pueden empeorar la situación. No hay que confundir cualquier tratamiento que tenga posibilidades de recuperar la normalidad, con todos los demás que tienen como único fin tranquilizar o apaciguar al enfermo sin ninguna esperanza de devolver la salud, pero que agravan el deteriorado organismo del enfermo cercenando las posibilidades de su curación.
Antes que nada probar como mínimo tres meses todo lo recomendado arriba, y si además de no funcionar el niño entra en situaciones insostenibles, siempre se estará a tiempo de suministrarle las drogas habituales que se recetan en estos casos. Puesto que esas drogas en ningún caso son para curar y su ausencia nunca puede agravar el problema, antes de empezar con ellas hay que agotar todas las posibilidades que ofrecen esperanzas reales de curación.
Una cosa muy importante es la siguiente: nunca permita que trate al niño ningún profesional que no tenga una esperanza razonable de devolverle la normalidad. Es absurdo ser tratado por cualquier terapeuta de cualquier escuela que no tenga en su haber y pueda demostrar varios casos de remisión total del autismo y otros tantos con mejoras sustanciales de la calidad de vida.
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Arriba se hace mención a los capítulos del libro Dieta que cura por si sola y Hongos Cándida. La dieta se refiere a una alimentación cuidadosamente escogida para que no contenga ni gluten, ni azúcar, ni lácteos, ni ninguno de los alimentos que suelen presentar frecuentemente alergias e intolerancias, y el tratamiento para los hongos debe de estar en consonancia con la dieta.
En todo caso, aquella familia que tenga este problema y quiera darle solución, puede ponerme la forma de contactar con ellos abajo en comentarios y le daré personal y gratuitamente toda la información necesaria para acometer semejante empeño.